DIOS SE AGRADO DE MI
Extendiendo su mano desde lo alto tomó la mía y me sacó del mar profundo. Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y eran más fuertes que yo. En el día de mi desgracia me salieron al encuentro pero mi apoyo fue el Señor. Me sacó a un amplio espacio, me libró porque se agradó de mí.
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